Hola amigos. Éste masaje tiene su origen en Cachemira
(India). El masaje tántrico trata a todo el cuerpo por igual. Desde el lugar
del que se toca, da lo mismo una mano, un pecho o el entrecejo. Busca despertar
sensaciones en todas sus partes por igual.
En el masaje tántrico respiras. Acaríciate por dentro con cada inhalación y con cada exhalación, a la vez que te acarician por fuera. El masaje tántrico no busca, da al cuerpo libertad para sentirse. El masaje tántrico sigue lo que siente en cada momento: placer o dolor, lentitud o rapidez, gozo o tristeza. El masaje tántrico sana. Es terapéutico. En el masaje tántrico se habla de un contacto amoroso, un estado de presencia y contención. La verdad es que fueron muy escasas la ocasiones en las cuales hemos recibido una caricia o hemos sido tocados sin que fuera a cambio de algo, con solo esta presencia cariñosa, libre de manipulación. La danza lenta del masajista, hecha de movimientos fluidos, lentos y continuos, acompaña y dinamiza la circulación de las emociones y energías. Poco a poco la mente se calma, el sistema se relaja con una respiración natural y profunda. Es el inicio de un proceso de transformación de nuestro funcionamiento diario, que poco a poco se vuelve menos mecánico, más consciente y libre. Para las mujeres que han olvidado que esto es la naturaleza de su sexualidad, por no haber sido tocadas con suficiente presencia, es una revelación muy conmovedora y sanadora. Paulatinamente la mujer siente que puede permitirse sentir el placer sin la intervención de un juicio mental. Una vez que han descubierto esto, las mujeres suelen confesar sentirse más nutridas y satisfechas después de un buen masaje de Cachemira que después de hacer el amor. El masaje de Cachemira, gracias a una profunda respiración y el tacto lento y delicado, permiten a las sensaciones y la energía sexual navegar en todo el cuerpo. Para entrar en una sexualidad global y delicada es imprescindible la presencia constante de la respiración, porque si no toda la atención se centra en los genitales. Nunca se trata de estimular ni de provocar nada sino de incluir, acompañar los movimientos energéticos y emocionales que se dan durante el masaje. El hombre descubre con sorpresa sensaciones en lugares de su cuerpo donde antes no solía sentir nada. La zona alrededor de los genitales se relaja poco a poco y la mente también. La urgencia de eyacular tan pronto como sea posible en cuanto hay una erección, disminuye. Se trata de una progresión nada lineal, sino que se manifiesta más bien en forma de olas.
En el masaje tántrico respiras. Acaríciate por dentro con cada inhalación y con cada exhalación, a la vez que te acarician por fuera. El masaje tántrico no busca, da al cuerpo libertad para sentirse. El masaje tántrico sigue lo que siente en cada momento: placer o dolor, lentitud o rapidez, gozo o tristeza. El masaje tántrico sana. Es terapéutico. En el masaje tántrico se habla de un contacto amoroso, un estado de presencia y contención. La verdad es que fueron muy escasas la ocasiones en las cuales hemos recibido una caricia o hemos sido tocados sin que fuera a cambio de algo, con solo esta presencia cariñosa, libre de manipulación. La danza lenta del masajista, hecha de movimientos fluidos, lentos y continuos, acompaña y dinamiza la circulación de las emociones y energías. Poco a poco la mente se calma, el sistema se relaja con una respiración natural y profunda. Es el inicio de un proceso de transformación de nuestro funcionamiento diario, que poco a poco se vuelve menos mecánico, más consciente y libre. Para las mujeres que han olvidado que esto es la naturaleza de su sexualidad, por no haber sido tocadas con suficiente presencia, es una revelación muy conmovedora y sanadora. Paulatinamente la mujer siente que puede permitirse sentir el placer sin la intervención de un juicio mental. Una vez que han descubierto esto, las mujeres suelen confesar sentirse más nutridas y satisfechas después de un buen masaje de Cachemira que después de hacer el amor. El masaje de Cachemira, gracias a una profunda respiración y el tacto lento y delicado, permiten a las sensaciones y la energía sexual navegar en todo el cuerpo. Para entrar en una sexualidad global y delicada es imprescindible la presencia constante de la respiración, porque si no toda la atención se centra en los genitales. Nunca se trata de estimular ni de provocar nada sino de incluir, acompañar los movimientos energéticos y emocionales que se dan durante el masaje. El hombre descubre con sorpresa sensaciones en lugares de su cuerpo donde antes no solía sentir nada. La zona alrededor de los genitales se relaja poco a poco y la mente también. La urgencia de eyacular tan pronto como sea posible en cuanto hay una erección, disminuye. Se trata de una progresión nada lineal, sino que se manifiesta más bien en forma de olas.
Cada sesión se
desarrolla en una hora a hora y media. En la primera parte, se invita a la
persona a entrar en contacto consigo misma y a calmar la mente por medio de
ejercicios de respiración, relajación guiada, atención a las sensaciones
corporales. La sesión se brinda preferentemente sobre colchoneta en el suelo. Hay un contacto más íntimo que en otros masajes
entre el dador y el receptor, por las 3 posturas de
encastre-contacto que propone en sus fases más avanzadas. La sensación de
unidad y de seguridad en esta posición nos hace sentirnos como un bebé.
Tratándose de escuchar al cuerpo, cada masaje es único, nunca hay repetición y
las experiencias de un masaje a otro pueden ser muy diversas.
En una de las
fases del Masaje Tántrico de Cachemira nos ocupamos más puntualmente de la genitalidad que con un cuerpo mucho más
consciente y entrenado utilizamos este contacto como herramienta para
intensificar la estimulación y así acceder a un mayor caudal de excitación
energética erótica, distribuirla por todo el resto del cuerpo y también como método
de sanación.
Logramos entonces
con estas maniobras un intenso trabajo de tonificación muscular de la región
púbico genital permitiendo abrirnos a la experiencia de investigar sobre
nuestra capacidad de conseguir orgasmos.
En el hombre: En la fase genital se trabaja el masaje Lingam (de
pene); en el caso de que se aproxime una eyaculación podrían realizarse
maniobras inhibitorias. Se realiza masaje y presión en el punto P del hombre
equivalente al G de la mujer. El punto P se encuentra en el perineo entre el
escroto y el ano, pero también se puede acceder por vía anal, pero este es un
método con el que muchos hombres, por una cuestión de condicionamiento social,
se encuentran incómodos, especialmente al principio, aunque con el tiempo y
cierto trabajo puede llegar a aceptarlo.
En esta forma se
debe ser especialmente cuidadosos, y usar siempre algún tipo de lubricante o
aceite.
Fuertes emociones
pueden desatarse durante el procedimiento del masaje. Por ello el contacto es
liberador, sanador, de placer y desbloqueo.
Durante el masaje,
el lingam (pene) puede perder su dureza, poniéndose flácido. No hay que
preocuparse porque esto pase. Con el correr del masaje, volverá a recuperar su
dureza, y probablemente vuelva a estar flácido una vez más, como un proceso. En
caso de que el receptor pareciese estar a punto de eyacular, se dejará el
masaje por unos segundos o se aplicarán maniobras inhibitorias, dejando que el
lingam descanse y se relaje un poco antes de continuar.
Acercarse varias
veces a la eyaculación sin llegar a ella es una experiencia placentera y que
genera una poderosa energía sexual. Siempre
recordemos que la idea no es llegar al orgasmo, sino tener una experiencia
sexual completa.
De todas formas,
si igualmente la eyaculación se produjera seguiremos realizando el masaje
permitiéndole a nuestro compañero explorar la sensorialidad ya que el cuerpo
seguirá siendo receptivo a un nivel más sutil y reconociendo otros estadios
eróticos y de esta manera pudiendo tomar consciencia que los horizontes de la
recepción de placer no finalizan con la misma.
En la mujer: En la fase genital, se trabaja el masaje Yoni
(genitalidad femenina). Esto incluye maniobras de drenaje hacia ganglios
inguinales, con masaje genital de labios mayores y menores, maniobras masturbatorias
de clítoris, y encuentro y estimulación del punto G. El tacto correcto es algo
que la mujer puede aprender por su cuenta para luego pasar la información a su
compañero, acariciando, presionando o frotando la punta y el brazo de su propio
clítoris.
El Punto Sagrado (Punto G)
Este punto
energético de acceso es el otro polo para la satisfacción sexual en la mujer.
Muy profundo y protegido como no lo está el clítoris, hay un lugar que puede
producir el placer más intenso, tanto a un nivel físico como psíquico. Pero
puesto que es tan profundo y está tan oculto, es a menudo un lugar donde se
almacenan todas las cosas que han causado heridas asociadas a la sexualidad.
Si ése es el caso,
su carga negativa puede ser sorprendente; es importante saberlo cuando se
comienza el proceso de excitación. Si la mujer ha tenido experiencias dolorosas
con el sexo, físicas o emocionales, su primer contacto con ese punto podría ser
desagradable, incluso doloroso. Sin embargo, si persevera, si ella y su
compañero o facilitador van lentamente, el lugar herido en su interior sanará,
y con ello las antiguas heridas; y al sanarse a sí misma de esta forma una
mujer puede despertar en ella misma un poder que nunca ha conocido antes. Este
poder puede llegar a iluminar la vida en todos los aspectos, y ofrecer el
acceso directo a la Ola de Felicidad Tántrica, ya que éste es el poder de la
diosa Shakti, el poder del Tantra.
Antes de empezar,
la mujer debe vaciar su vejiga. Muchas también sienten como si tuvieran que
orinar, aunque acaben de vaciar la vejiga. Esta sensación sólo dura de unos
diez a cuarenta segundos, más o menos para luego cambiar normalmente a un
intenso placer sexual. La mujer debe intentar no pensar; debe concentrarse en
sentir, con su mente receptiva y tranquila. Para ella esto es una búsqueda
sensorial en vez de una de tipo cerebral.
Algunas mujeres
podrían secretar un líquido claro, que los sexólogos modernos asemejan a la
eyaculación del hombre, pero esta experiencia es bastante distinta de la
eyaculación del hombre. El néctar es producido una vez que se ha activado el
punto sagrado, pero no es necesario estimularlo para que ocurra. De hecho, la
secreción podría ocurrirle a una mujer poderosamente orgásmica sin que haya
experimentado un orgasmo, e incluso podría ocurrir en situaciones que no sean
meramente de tipo sexual. Es un líquido muy claro, ligeramente lácteo, de
naturaleza casi astringente y que se evapora rápidamente. Puede tener un ligero
sabor, de casi dulce a ligeramente agrio, o no tenerlo. Puesto que se secreta
de la uretra, las primeras gotas podrían tener un sabor ligeramente salado de
orina.
En resumen:
Espero no haberte
mareado. En definitiva, lo que tenés que saber es lo siguiente:
-
Es
un masaje algo más caro que los otros que hago; duran más tiempo.
-
El/la
receptor/a debe encontrarse en total desnudez; yo no necesariamente estaré
desnudo para practicarlo.
-
Es
un masaje terapéutico, sanador.
-
Se
realiza en el suelo, sobre una colchoneta.
-
No
busques en éste masaje llegar a un orgasmo, es algo que podría o no ocurrir.
-
Puede
realizarlo hombre a mujer, hombre a hombre, mujer a hombre o mujer a mujer,
independientemente de la identidad de género.
-
Se
requiere que tengas una actitud pasiva, no intentes interactuar sexualmente con
el masajista; aunque sí podés contorsionarte, tener espasmos o emitir algún
tipo de sonido.
-
Lo
principal, para que te resulte de utilidad, es respirar correctamente, inflando el abdomen al inspirar y
desinflándolo al espirar.
espectacular este masaje , unicas sensaciones ..relax y bienestar corporal ..100% recomendable
ResponderBorrarsoy juan jose de parana
gracias Juan por tus palabras
BorrarHola ruben. Me encanta como describes tus masajes . no venís a bs as?. saludos.
ResponderBorrarNo, Anónimo. Lo siento. Sólo trabajo en Córdoba
BorrarEstas desnudo vos también en este masaje?
ResponderBorrarNo necesariamente
Borrarmuy buena la descripcion del mismo
ResponderBorrarGracias.....
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